Ver cómo en toda Europa triunfa la política de derechas, a veces da miedo, incluso te hace reflexionar si el ser humano será tan estúpido como para repetir los errores del pasado.
Siempre que ha habido una gran crisis económica se ha producido una situación en la que se ha creado el caldo de cultivo perfecto para favorecer el ascenso de políticas extremistas.
Un caldo de cultivo cuyo ingrediente fundamental son las clases medias que no quieren perder el statu quo que tienen. Que prefieren escuchar que las políticas de izquierdas son las que han provocado la crisis en la que nos encontramos, en vez de ver con lógica que la situación que nos lleva a una crisis es precisamente el pensar que todos podemos tener lo mismo que los que más poseen.
Un piso no, mejor dos, un coche no mejor dos, una semana de vacaciones en benidorm no mejor dos en el caribe, un colegio público, mejor privado, universidad privada, ropa de marca, y gastos y más gastos a los que la clase media intenta hacer frente desde un sueldo de clase media, y claro cuando las cuentas no salen, porque al final no salen entonces es cuando la burbuja explota y nos da en la cara. Pero en vez de reconocer que nos hemos equivocado y que a lo mejor todo no se puede tener, pensamos que los que se han equivocado son aquellos que favorecen al que menos tiene, y que el que nos puede salvar es otro que entiende la vida como nosotros, aquel que favorece que los pisos se revaloricen y valgan lo que nunca hubieran valido. Aquel que quiere privatizar todo y dejar en manos de empresas privadas la sanidad, la educación y muchas otras parcelas que no deberían haber salido del ámbito estatal.
Si pensáramos como individuo y actuáramos como masa, nos iría mucho mejor que pensando como masa y actuando individualmente.